17 diciembre, 2018
Modestia contra la sexualización
Por siglos, las mujeres han sido objetivadas como propiedad y el desafío de la nueva generación es determinar cómo criar a las mujeres en una sociedad que fomente su valor individual. La modestia es la actitud tendiente a moderar las acciones externas. En este caso se aplica la modestia a la forma de vestir. Se argumenta que la modestia es necesaria para promover el respeto, brindar protección y alentar a las mujeres jóvenes a enfocarse en el desarrollo de sus habilidades y aspiraciones. Por otro lado, el requisito de la modestia para una mujer joven puede considerarse degradante, controlador y manipulador. ¿Entonces, dónde está la línea divisoria entre la modestia y la sexualización para nuestra sociedad?
La hipersexualización de las mujeres en los medios de comunicación y dentro de la vulgaridad de una sociedad liberal parecen alentar a las niñas muy jóvenes a participar en la determinación de su dignidad con lo sexy que pueden ser percibidas. Las niñas cumplen con las exigencias patriarcales de exponerse cada vez más de manera sexual. La competencia entre las mujeres para ser más sexy es adictiva y crea un mercado en la industria de la belleza que continúa reforzando las actitudes inmodestas. El respeto se define por quien es más sexy. Además, muchas veces se les presta atención no deseada a estas chicas que exponen sus cuerpos. Esta atención no deseada podría hacer que muchas de estas jóvenes sean atacadas por depredadores sexuales que intenten explotarlas más. Debido a que ahora la atención se centra cada vez más en su apariencia, se les aleja aún más la dignidad de su intelecto y ambiciones internas, no solo en la sociedad, sino también dentro de ellas misma.
En el pasado, las mujeres vestían más modestamente que en los tiempos modernos; las mujeres tenían faldas debajo de los tobillos y capas de ropa para ocultar su figura. A pesar de estas medidas extremas para ocultar la forma femenina, seguían siendo objeto del irrespeto, violencia y degradación. ¿Entonces, encubrir a las mujeres realmente sería la solución? Al decirles a las mujeres que se cubran, refuerza que son objetos sexuales y que deben estar ocultos de la vista masculina para no tentarles. Las hace responsables de las acciones de los que se dirigen a ellas. No las protege de la violencia, sino que la alienta, ya que el perpetrador puede culpar a la promiscuidad femenina por su comportamiento despreciable. También interfiere con la libertad de expresión de la mujer. Requerir que cualquier mujer se vista de cierta manera elimina su autoridad para tomar decisiones sobre su propio cuerpo y lo que le resulta cómodo.
Dentro de la ambigüedad hay un resurgimiento de otra visión alternativa. Una que cree que para movilizar el cambio, la sociedad debe dejar de decidir dónde está la línea divisoria entre la modestia y la sexualización. Que la decisión de usar o no usar algo debe estar bajo el control de la mujer tanto como lo está bajo el control masculino. Que si la violencia basada en el género y la protección de las mujeres es el objetivo final, entonces se deben tomar medidas igualmente extremas para enfocarse en cambiar a los perpetradores en lugar de cambiar a la víctima. Promover actitudes masculinas saludables que fomenten el respeto por el diseño interior de las mujeres ayudará a desviar el enfoque principal de sus exteriores. Educar a las mujeres sobre su valor es algo que debe implementarse dentro del sistema educativo para reparar el daño de una sociedad que subestima su valor e hipersexualiza su exterior.
Controlar la forma en que se visten como un medio para un final improbable puede que sea ineficaz. Cuando los hombres y mujeres de una sociedad aprenden a valorar a las mujeres independientemente de la forma en que se visten, quisas podra haber un cambio dramático.
Posted by Anónimo a las 7:56 p. m. // // //
0 Comments:
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
